Fotografía gastronómica para restaurantes
Para este trabajo salimos del estudio y nos desplazamos con nuestro equipo al restaurante The Lobstar, en Madrid, un lugar donde degustar la comida típica de las zonas costeras de Nueva Inglaterra (USA) y en el que el plato estrella es el Lobster Roll, el bocadillo más famoso americano cuya base es la carne de langosta. Era el momento de desarrollar otra de nuestras líneas de trabajo, la fotografía gastronómica para restaurantes realizada en el propio local. La razón de desplazarnos era que, por la gran cantidad de plantos a fotografiar y la petición del cliente de usar a su propio chef, resultaba mucho más cómodo y eficiente hacerlo en el restaurante.









Sentir el olor del mar de un vistazo
El reto de este proyecto era conseguir dentro del restaurante el ambiente marinero que nos pedía nuestro cliente, manteniendo siempre la mirada central en el plato cocinado que se va a presentar al consumidor. Para ello fue fundamental un trabajo de preproducción que nos permitiese conseguir elementos de atrezzo y props que nos llevaran casi a sentir el olor del mar, por lo que parte de esa preproducción fue desplazarnos a la costa para buscar esos elementos: boyas, cabos, cebadores, una nasa de pesca… objetos que hicieran presente la actividad de pesca de la langosta, producto base de la cocina del local.
Escogimos elementos naturales en la costa: boyas, cabos, cebadores, una nasa de pesca… objetos que hicieran presente la actividad de pesca de la langosta, producto base de la cocina del local.
Snaps producciones
Así que el día de la sesión nos presentamos allí con todo nuestro equipo: flashes de estudio, reflectores, cámaras y el atrezzo a utilizar, no sólo lo ya mencionado para la ambientación marinera, sino también los platos, vasos y otros elementos que mejor hicieran destacar las diferentes recetas del menú. En este caso lo difícil fue elegir entre la gran cantidad de props que tenemos en el estudio.
Ya que la decoración de local era de estilo industrial, lo tuvimos en cuenta para aprovechar los elementos que nos ofrecía el propio restaurante en combinación con fondos oscuros o de ladrillo visto contra los que destacaran los colores de las elaboraciones y buscando efectos como brillos, reflejos, etc. Nos interesaba también dar protagonismo a la langosta, la base de su cocina, mostrando la frescura del producto y para ello la fotografiamos justo en el momento en que el cocinero va a empezar a trabajarla con el cuchillo.
En estas sesiones de fotos realizadas en el restaurante, es fundamental la preparación previa: saber si el local va a estar cerrado o abierto al público, hablar con el encargado, los camareros y van a ayudarte y, por supuesto, con el chef para entender su flujo de trabajo y que él comprenda el tuyo y poder trabajar así de una forma eficiente y práctica, cómoda para ambas partes. Contar con la colaboración necesaria e inestimable del personal de la cocina es imprescindible en estos casos; en esta ocasión debían ir preparando los platos a fotografiar mientras trabajan en las comandas que sus clientes están pidiendo en el horario de servicio del restaurante.
El local estaba abierto, pero contábamos con una sala independiente donde hacer la sesión que nos facilitó mucho las cosas, proporcionándonos un ambiente tranquilo y silencioso así como muy espacioso para poder meter todo el material técnico y humano que necesitamos para llevar a cabo las fotografías.